Muchas veces me preguntan las diferencias entre la cosmética convencional, la natural y la ecológica. La gente suele pensar que, porque yo tengo una marca ecológica ya estoy en contra de todo lo químico y siempre tengo que explicar que todos somos química. Recurro a poner el sencillo ejemplo de que el agua es química y que algo tan aceptado como natural como lo es un jabón, necesita de una reacción química de saponificación para formarse.
Hay que diferenciar entre los conceptos de química y de síntesis. La química está en todo lo que nos rodea y es natural, existimos gracias a ella.
Yo opté por la cosmética ecológica porque no me gustan algunos de los ingredientes que se utilizan en la cosmética de síntesis y porque creo mucho más en las propiedades de las plantas.
Además, aposté por seleccionar estos ingredientes botánicos solamente si eran de cultivo orgánico (que es un sinónimo de ecológico), porque creo que los cultivos son solamente sostenibles si son ecológicos, ésta es la única forma de garantizar que los terrenos no se empobrezcan y de asegurar que las plantas de las que voy a obtener mis ingredientes, no hayan sido fumigadas con pesticidas o fertilizantes sintéticos.
Los fertilizantes sintéticos no solamente me preocupan porque acaben en nuestra piel, sino porque el exceso de nitrógeno envenena a los animales acuáticos, empobrece el aire que respiramos y acelera el cambio climático a través de las emisiones de óxido nitroso, un potente gas de efecto invernadero.
Por ello creo que no es suficiente con consumir ingredientes de origen natural, que pueden ser mucho menos sostenibles que los de síntesis, sino que hay que apostar por la agroecología como práctica de cultivo positiva para la naturaleza, tanto para alimentación como para cosmética.
¿En qué se diferencian estos métodos de cultivo ecológicos frente a los tradicionales o intensivos?
Para no hacer uso de los fertilizantes de síntesis, la agricultura ecológica reconstruye la fertilidad del suelo con un mayor aprovechamiento del estiércol animal, con la rotación de cultivos con periodos de barbechos y con el uso de plantas fijadoras del nitrógeno atmosférico como las leguminosas.
Y este es uno de los pilares en los que se asienta HERBERA, su búsqueda hacia la sostenibilidad, que sus ingredientes botánicos provengan de cultivos ecológicos y no de cultivos intensivos, como la cosmética natural.
Porque lo natural no es sinónimo de sostenible.
Para que un producto sea más o menos sostenible se tienen que tener en cuenta los recursos utilizados para su producción y los residuos que genera. Por ello, en Herbera preferimos apostar por la agricultura ecológica, por la bioquímica y por la química verde. ¿Y qué es todo esto? Son herramientas y tecnologías vegetales mucho más eficientes, como las que producen las células madres vegetales, activos que se sintetizan en un laboratorio a partir de una parte de una planta. De esta forma, al ser cultivadas en laboratorio bajo condiciones controladas, son mucho más sostenibles que los que se producen de forma tradicional, ya que no dependen de las condiciones ambientales, ni requieren de grandes extensiones de terreno o agua para su cultivo. Puedes conocer nuestros ingredientes aquí.
Por último, hace un par de años incorporamos la acción en Herbera de calcular nuestra huella de carbono para intentar compensarla de alguna forma. Calculamos la cantidad de CO2 emitido a la atmósfera por nuestros desplazamientos al laboratorio y por las actividades que realizamos en él. Si queremos ser sostenibles, tenemos que tener un enfoque global de todos los aspectos que afectan a nuestro producto y no quedarnos solamente en que esté fabricado con ingredientes naturales.
También, creo importantísimo y de gran valor, certificar tu marca por un organismo externo, que pueda confirmar y evaluar lo que la marca indica en sus etiquetas y/o en su publicidad.
Todas las marcas de cosmética tenemos las mismas obligaciones frente a la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios. Ya seas una marca de cosmética de síntesis, como natural como ecológica, el reglamento 1223/2009 sobre fabricación de productos cosméticos es la norma que te rige y debes cumplir. Pero últimamente se hace bastante gala del greenwashing y muchas marcas de cosmética convencional se han sumado al carro de lo natural porque está en auge, vistiendo sus productos con un packaging más ligado a la naturaleza pero siguen incorporando algunos ingredientes no permitidos en la cosmética natural y ecológica como las siliconas. De igual forma, hay marcas que se posicionan como orgánicas pero no tienen ingredientes procedentes de cultivos ecológicos (puedes reconocerlos por tener un asterisco en el INCI tras el nombre del ingrediente). Por todo esto creo que hay que ser transparentes y qué mejor forma de demostrarlo que dejándote auditar por una empresa externa como es una certificadora para que avale que lo que dices en tu etiquetado, es cierto.
¿Por qué Cosmetics HERBERA está certificada por BioInspecta BioVidasana?
Estamos certificados por BioInspecta bajo la Norma BioVidaSana por diferentes motivos:
1. Porque es una de las normas más exigentes en cosmética ecológica. Como ejemplo, para que un producto reciba la categoría de ecológico con BioInspecta BioVidasana, el 90% de sus ingredientes han de proceder de agricultura ecológica, mientras que para Ecocert con un 20% ya considera un cosmético bio;
2. Porque está pensada para pequeñas y medianas empresas, primando la elaboración artesanal, el incremento de la sostenibilidad y el mercado local;
3. Y lo más importante, por su cercanía y profesionalidad.
Nuestro objetivo al certificarnos es dar confianza al consumidor para que pueda estar seguro de estar comprando lo que dice la etiqueta y para ello la Norma BioVidaSana pone especial atención asegurándose de que la información que el producto ofrece al consumidor sea exacta y clara.