Los 4 retos en la formulación de SOLEÁ

¡Estamos muy ilusionadas! Después de un tiempo de investigación y pruebas, os presentamos a SOLEÁ, nuestra crema súper antioxidante avanzada con protección solar alta SPF30.

Desde el primer día nos propusimos crear un protector solar que fuera mucho más que eso: que cuidarla la piel de todos los signos del fotoenvejecimiento y que también respetara el medio ambiente.

Nos habíais pedido muchísimo un producto como este y por eso nos impusimos cuatro grandes retos a la hora de formulario. Queríamos asegurarnos de que SOLEÁ fuera una crema única, segura, sostenible y con una textura increíble para que la uséis durante todo el año.

Pusimos todo nuestro corazón (y mente) en ello y estamos orgullosas de tener un producto a la altura de nuestras expectativas.

RETO 1: Protección segura

La seguridad es uno de los mayores compromisos de Herbera, y por eso elegimos filtros minerales sin nanopartículas: óxido de zinc y dióxido de titanio. Estos actúan como un escudo en la piel protegiendo de la radiación UVA y UVB.

A la hora de medir el SPF también hemos ido un paso más allá: según las recomendaciones de la Comisión Europea de 2006, se utilizan test in vitro para hacer estas mediciones. En esa medida, nuestro solar obtuvo un SPF50. Hicimos también un ensayo in vivo, con el que obtuvimos un SPF30. Con ello, remarcamos que los ensayos in vitro no son suficientes para asegurar el grado de protección solar.

Por eso os recomendamos usar siempre protectores solares que también certifiquen su SPF con ensayos in vivo, como el nuestro.

RETO 2: Formulación avanzada

Incorporar antioxidantes fue clave para aumentar la eficacia de nuestro protector solar. SOLEÁ contiene dos de los antioxidantes naturales más potentes: el ácido ferúlico y la astaxantina.

Son ingredientes que han demostrado que incrementan la protección solar y que luchan contra el daño oxidativo tanto de las radiaciones UVA y UVB, como de la IR; luz azul proveniente de las pantallas y la polución.

Además, añadimos aceites botánicos con índice de protección solar, como el de zanahoria, sésamo, frambuesa, aguacate y karanja. Estos aceites, junto con otros extractos botánico como la centella asiática y magnolia, ofrecen propiedades calmantes y antienvejecimiento.

El resultado es lo que llamamos tecnología botánica antioxidante, que consigue frenar todos los signos del fotoenvejecimiento: arrugas, hiperpigmentación, sequedad y pérdida de volumen.

RETO 3: Textura impecable

Queríamos que SOLEÁ fuera una delicia para los sentidos. Después de muchos ensayos, logramos una textura fundente única, que no deja rastro blanco y que se extiende de maravilla.

La experiencia de aplicación es tan importante como la protección misma: una crema solar que se siente ligera y se absorbe rápidamente, sin dejar residuos, para que te animes a usarla de forma regular. Esto no es fácil si usamos filtros no nano: los filtros nano son mucho más pequeños en tamaño, con lo cual se dispersan mejor y se consiguen emulsiones que son fáciles de extender sobre la piel.

Por eso sabíamos que una textura ligera en un protector no nano podía marcar la diferencia y tardamos mucho en lograrla.

Tiene un ligero tono que no deja color una vez aplicada en la piel, y que sirve para que no deje el temido rastro blanco. El resultado es una piel hidratada y natural.

RETO 4: Respetuosa con el medio ambiente

Nuestro compromiso con el medio ambiente fue un pilar fundamental en la creación de SOLEÁ. Utilizamos filtros biodegradables para proteger la biodiversidad marina, evitando el blanqueo de corales y excluyendo disruptores endocrinos que alteren el metabolismo hormonal de los peces.

Además, hemos diseñado un envase reciclable, demostrando nuestro compromiso con la sostenibilidad y la protección del planeta.

En Herbera, creemos que el cuidado de la piel debe ir de la mano con el cuidado del medio ambiente, y por eso cada aspecto de SOLEÁ, desde su formulación hasta su envase, refleja este compromiso.