Cuando pensamos en masaje facial, solemos centrarnos en los pómulos, el contorno de ojos o la frente. Pero ¿y el cuello? Ese gran olvidado sostiene la base de nuestra expresión y tiene un papel clave tanto en la estética del rostro como en nuestra salud muscular y emocional.

En este artículo te explicamos por qué el masaje en el cuello es fundamental para una rutina de cuidado facial verdaderamente efectiva. Hablaremos de anatomía, ergonomía, conciencia corporal, contracturas… y cómo todo esto se traduce en menos arrugas y más bienestar. Además, te dejamos un vídeo con una rutina de masaje para hacer en casa, guiada por Alba Molina, terapeuta corporal especializada en masaje facial y bienestar integrativo.

Conoce a Alba Molina: manos que cuidan y conectan

Detrás del vídeo que acompaña este artículo está Alba Molina, masajista profesional y una de esas personas que consiguen que el cuidado de la piel y el cuerpo sea algo más que una rutina: un reencuentro con uno mismo. Con una mirada atenta y una sensibilidad especial para leer el cuerpo, Alba acompaña a cada persona desde el respeto, la escucha y la presencia plena. Su trabajo se basa en la conciencia corporal, el desbloqueo emocional y el masaje profundo, con una atención que va más allá de lo físico.

Alba tiene su cabina en Madrid, donde realiza tratamientos personalizados que combinan técnicas de masaje facial japonés, drenaje linfático, masaje miofascial y trabajo craneosacral. Y para quienes buscan una experiencia aún más íntima, también se desplaza a domicilio para ofrecer sus tratamientos en el entorno más cómodo: tu casa.

Puedes conocer más sobre ella en su web:  masajesalbamolina.es

¿Por qué empezar el masaje facial por el cuello?

El cuello no es solo una zona de paso: es una estructura de soporte. Por él pasan vasos, nervios y músculos que conectan el rostro con el resto del cuerpo. Si hay tensión, inflamación o bloqueo linfático en esta zona, los beneficios del masaje facial se reducen y pueden incluso estancarse líquidos y toxinas que afectan a la piel.

Masajear el cuello primero permite:

  • Liberar tensiones acumuladas en la nuca y hombros.
  • Estimular la circulación sanguínea y linfática.
  • Favorecer el drenaje de líquidos que se acumulan en rostro y escote.
  • Activar receptores neuromusculares que inducen relajación global.

Anatomía emocional: el cuello como puente entre cuerpo y mente

El cuello está formado por músculos como el esternocleidomastoideo, los escalenos o el trapecio superior. Son potentes, están implicados en movimientos posturales y respiratorios… y acumulan muchas de nuestras emociones.

El estrés crónico, el trabajo frente al ordenador o el uso prolongado del móvil provocan tensiones constantes que se traducen en contracturas, bruxismo, rigidez cervical y rostro apagado.

Este estado de tensión influye directamente en la piel: altera el riego sanguíneo, bloquea la oxigenación celular, aumenta la inflamación y acelera la formación de arrugas. Especialmente en la zona del entrecejo, mandíbula, cuello y escote.

Ergonomía y conciencia corporal: cómo afecta tu postura a la piel

La ergonomía postural es la gran aliada de una piel bonita. Pasar horas con el cuello inclinado hacia delante (lo que se conoce como “text neck”) favorece la aparición de líneas horizontales en el cuello y acentúa la flacidez facial.

Incorporar masaje en el cuello:

  • Mejora la postura y la percepción corporal.
  • Descomprime la zona cervical.
  • Relaja el sistema nervioso parasimpático (clave para el descanso y la regeneración cutánea).
  • Ayuda a redefinir el óvalo facial y suavizar líneas de expresión.

Beneficios estéticos visibles del masaje en el cuello

  • Disminuye arrugas tanto en el cuello como en el rostro.
  • Mejora la firmeza del contorno mandibular.
  • Activa el drenaje linfático, reduciendo bolsas y signos de fatiga.
  • Potencia la absorción de activos cosméticos, al eliminar bloqueos circulatorios.
  • Descongestiona la zona cervical, ayudando a liberar tensiones que marcan la expresión.

Rutina práctica con Alba Molina: masaje de cuello en casa

En el vídeo que hemos preparado junto a Alba Molina, aprenderás una rutina sencilla y efectiva que puedes hacer en casa, utilizando solo tus manos y tu cosmético preferido para esta zona (aceite, sérum o bálsamo). Es ideal para:

  • Por la mañana: activar el rostro y el cuerpo antes de empezar el día.
  • Por la noche: liberar tensiones acumuladas y preparar la piel para regenerarse.

Incluir el cuello en tu rutina de cuidado facial no es solo un gesto estético, es una forma de reconectar con tu cuerpo, aliviar tensiones acumuladas y devolverle a tu piel la energía que necesita para regenerarse. Y si quieres ir más allá, pon tu bienestar en manos expertas como las de Alba Molina, cuya sensibilidad, conocimiento y tacto consciente convierten el masaje en un verdadero arte terapéutico. El masaje es un puente entre la piel y el sistema nervioso. Entre la cosmética y la conciencia corporal. Y empieza justo donde la belleza se sostiene: en el cuello.

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